En el Hospital de Pediatría Garraham, en Buenos Aires, ha hecho una serie de modificaciones en la apariencia de su sala de resonancias magnéticas, la cual han rediseñado para que esta tenga un amigable diseño espacial.
El tema de este re-diseño en el área de resonancias es con tal de hacer el paso de los niños hasta el resonador en algo agradable para ellos. Porque si hay algo que genera miedo a los niños es la ida de ir a los hospitales, es por ello que esta iniciativa es con tal de ayudar a los niños a perder dicho miedo.
La mayor preocupación del personal en el área de Diagnósticos por Imágenes del hospital, es la ansiedad generada por el entorno hacia los niños que ingresan al resonador, este tipo de situaciones hace que los especialistas tengan que tomar las medidas de anestesiar a los pequeños pacientes.
Es por ello que han optado por reproducir un ambiente distinto y amigable para los niños y niñas que entren al área del hospital, y es que desde los pasillos cercanos a la sala del resonador, el hospital está decorado con tal de contar una historia a los niños. Ha esta iniciativa la han llamado “Una aventura espacial”, y la historia comienza con una ciudad llamada “La ciudad perdida”, que es el área compuesta por una “mina”, que es el comienzo del paseo, además de contar con una cascada y un templo que vuelven así más mágico el lugar para los niños, y claro, todo ello acompañado con una narración en el paseo.
Un fósil de dinosaurio, la “sala de las joyas”, y luego un puentes sobre una cascada, son otros de las cosas que podrán ver y encontrar antes de llegar a una misteriosa puerta que abrirá el paso hacia el “templo de la ciudad perdida”, lugar donde se encuentra el resonador, que es una enorme nave espacial que llevará a un amigable alienígena a su planeta y a los niños a hacerse su examen de imágenes.
Todo esto es con tal de hacer que los niños ya no necesiten de métodos farmacológicos para poder entrar a la maquina a la que tanto temían.
“Nos preocupaba la ansiedad que genera en los pacientes ingresar al resonador”, comenta José Lipsich, coordinador de Diagnóstico por Imágenes.”.
Cada vez que se abre la puerta del resonador se escucha ¡Guau!”, agrega Lipsich. Así es como nota el grado de sorpresa por parte de los niños al ver tan sorprendente diseño de la sala.
¿Qué te parece esta iniciativa?