James Bond es el ejemplo perfecto de alguien que siempre tiene los mejores “juguetes” y dispositivos a su disposición, pero hay algo que ni siquiera él tiene: unos lentes de contacto con visión infrarroja. Gracias a un grupo de ingenieros de la Universidad de Michigan, la existencia de este dispositivo está cada vez más cerca, y el mismo hace uso de un componente clave: grafeno.
Todavía tenemos mucho que aprender sobre los usos del grafeno, un material que nos sorprende más día a día. El grafeno es capaz de remover las moléculas de sal del agua salada e incluso puede ser usado en trajes de combate ligeros. Pero hay algo en lo que este material no es muy bueno: absorbiendo luz. Pero a los chicos de Michigan se les ocurrió la estupenda idea de utilizar dos capas de grafeno con un dieléctrico entre medio. Cuando la luz llega a la capa superior, los electrones viajan a la capa inferior gracias al dieléctrico. Este proceso incrementa en gran medida el número de electrones, creando un fototransistor tan sensible como una cámara digital.
¿Pero de dónde proviene la visión en infrarrojos? El grafeno es sensible a espectros de la luz que salen del rango visible por el ojo humano, y esto incluye infrarrojos y ultravioletas. Actualmente, el “sandwich” de grafeno del equipo de Michigan es capaz de detectar la luz visible y la infrarroja, y gracias a que es extremadamente delgado se cree que podría ser integrado en lentes de contacto. De momento solo se habla de dos usos para esta tecnología: a nivel militar y a nivel médico.