La nueva e innovadora versión de este diminuto ordenador, cuyo asombroso tamaño es el de una tarjeta de crédito, incorpora importantes mejoras y lo mejor es que mantiene su precio de €35 euros.
Aunque no lo crean el Raspberry Pi tiene su público. Y podríamos decir que ha conquistado a muchos centros de aprendizaje. A cuatro años después del lanzamiento de la primera versión, la fundación Raspberry Pi, precursora del miniordenador de bajo costo, ha presentado la nueva edición de este, el Raspberry Pi 3, el cual ahora incorpora conectividades inalámbricas Wifi y Bluetooth. Desde entonces, se han vendido ocho millones de unidades. Manteniendo el precio, €35 euros, como el modelo anterior, Raspberry Pi 2.
¿Qué es Raspberry PI y para qué sirve?
Este pequeño pero potente dispositivo, del tamaño de una tarjeta de crédito, ha entrado fuerte al mercado de la informática en los últimos años en departamentos de investigación y escuelas para desarrollar nuevos proyectos. Esta nueva versión amplía sus prestaciones, ofreciendo un procesador de cuatro núcleos ARM Cortex A53 con arquitectura de 64 bits, el cual funciona a una velocidad de 1.2 Ghz, prometiendo mejorar hasta diez veces el rendimiento de la primera versión y hasta un 50% más que la anterior.
Además, esta es compatible con las versiones anteriores. Con el nuevo modelo, Raspberry Pi 3 da un paso muy importante al incorporar de manera integrada Wifi y Bluetooth, por lo que los diferentes proyectos permitirá desarrollarse sin la necesidad de usar aparatosos cables, según explican en el blog corporativo de la empresa, en donde se detallan otros cambios estéticos tales como: la posición de los LED se ha trasladado al otro lado de la ranura de la tarjeta SD, esto con el fin de dejar mas espacio a la antena.
Este pequeño gigante tiene puertos USB, HDMI y ranuras para tarjetas SD y cables Ethernet. Se basa principalmente en el sistema oprativo Raspbian de código libre, una versión del famoso GNU/Linux Debian pero adaptada a esta micro placa. Es un ordenador bastante funcional y debido a su tamaño puede ser utilizado para muchos otros propósito, claro, hay que tener algunas nociones básicas sobre programación o de computación.
Por ejemplo, unos de los primeros proyectos documentados es el caso de un joven con una Raspberry Pi quien convirtió su consola NES dañada en una operativa y pudo jugar algunos viejos videojuegos. Usar este miniordenador de origen británico exige dedicación y muchas ganas de aprender. Aunque sus posibilidades son muchas, sus capacidades son un tanto limitadas.
¿Qué opinas de este pequeño gigante británico?