A la hora de crear dispositivos electrónicos pequeños, liviano y compactos, todo el mundo suele encontrarse con el mismo problema: ¿dónde almacenar la energía? La respuesta es obvia, en una batería, pero el problema de las baterías es que suelen quitarle lo de “pequeño y liviano” al producto. Ahora imagínate por un momento que los dispositivos no necesitaran batería y la energía pudiera ser almacenada en los mismos cables de su interior que se encargarían de conducirla de un sector a otro, ¿acaso no suena mejor? Bueno, ese es el gran objetivo de un equipo de investigadores de nanotecnología de la Universidad de Central Florida en Orlando.
El profesor Jayan Thomas y su equipo han desarrollado un método para cubrir los cables de cobre utilizando una especie de funda hecha con una aleación de nanocilindros, convirtiéndose en uno de los electrodos necesarios para crear un supercapacitor. Una segunda sección de nanocilindros se añade posteriormente, teniendo una capa delgada de plástico entre ambos, dando origen al capacitor en cuestión. El cable de cobre interior sigue contando con su habilidad de transferir la electricidad, solo que ahora también será capaz de almacenarla.
El profesor Thomas ha indicado que sería posible aplicar esta tecnología en vehículos como autos eléctricos y también en cosas más pequeñas como smartphones o tablets, volviéndolos más compactos y livianos. Pero eso no es todo: el equipo dice que hasta ahora solo han trabajado con cables eléctricos, aunque en teoría se podría realizar una aplicación similar en las fibras de tela, de forma que tendríamos ropa capaz de almacenar electricidad. Los usos que se le puede dar sin lugar a dudas parecen muy interesantes.
Cuéntanos: ¿qué opinas sobre esta tecnología de almacenamiento de electricidad en cables? ¿Crees que resultará útil para desarrollar dispositivos más compactos y de menor peso?